Foto del pintor |
De él nos recuerda Ecured que Marinello, el dirigente comunista cubano y camarada de luchas del artista, decía lo siguiente: ”Su estampa se hizo familiar en la Habana de entonces, paseaba la ciudad a grandes trancos, con trajes deportivos de impresionante factura, la pipa marinera, y a la diestra un perro de talla gigantesca. Fueron los días de la charla libérrima, del comentario a gritos, de la cordial exageración, del despilfarro vital. Y en esa cuerda, nadie cedía a Pepe Hurtado…”
Autorretrato |