Lo que haya, no lo que encarguemos

Nosotros paseamos, visitamos los establecimientos y vamos viendo lo que hay por ellos.  En función de varias circunstancias, decidimos si comprar en plan suelto, en mazos pequeños (lo más habitual), o mazos más nutridos, o en cajetillas.  Depende de muchos factores.

En un par de ocasiones hemos hecho encargos:  por ejemplo, queríamos catalogar todas las vitolas de una marca, pero no queríamos comprar un mazo de 25 de cada una de ellas, que es el más habitual.  Como sabíamos que dispone igualmente de mazos de 10, y no lográbamos localizar algunas vitolas, elegimos una tabaquería que los pone a buen precio y los encargamos.  La tabaquería cumplió correctamente, pero no mantuvo en sus estantes ese formato: nos sirvió nuestro pedido y siguió con los mazos de 25.  Algo similar ha sucedido en un par de ocasiones más en donde, por algún razón, necesitábamos algo, fuimos a quien mejor nos lo ponía de precio y nos lo sirvió.

Nosotros solucionamos un problema concreto, pudimos fichar o actualizar las fichas de las vitolas y fumarnos los puros, pero está claro que ese sistema de trabajo no es nuestro objetivo.  Nosotros queremos informar de "lo que haya", de lo que nos vayamos encontrando, para recordarle a los fumadores interesados dónde los vimos y a qué precio, y puedan dirigirse allí con alguna expectativa realista de encontrar lo que buscan.  Pero si las tabaquerías atienden un pedido nuestro de manera especial, lo sirven, pero no lo siguen exponiendo (o ni siquiera lo expusieron nunca, porque lo guardaban para nosotros), entonces no podemos decir realmente que "en esa o aquella tabaquería hay un surtido de xxx, yyy, zzz, o puedes localizar tal marca o gama".

Esa era la sensación que teníamos, pero hoy la hemos reforzado y vamos a elevarla a categoría de norma.  Estamos en medio de un par de pedidos especiales, que tienen su justificación particular cada uno de ellos.  Pero hoy, hablando de una buena marca local, de la que nosotros compramos con cierta frecuencia mazos de 10, el dueño de una tabaquería nos dijo que él los tenía de 25, pero que no había problema, que él nos traía los de 10 para nosotros".  Le contestamos que no, que lo que queríamos es que él tuviera mazos de 10 de forma permanente, para facilitarnos a nosotros su adquisición y también a tantos otros que tienen que hacer cálculos presupuestarios antes de llevarse un mazo de 25 unidades.  Le explicamos además por qué, desde un punto de vista obrero y del promiscuo estilo clásico del fumador de puros, son preferibles los mazos de 10 a los de 25 en labores hechas a mano.  Este asunto de la cantidad habitual en los mazos en Canarias es materia para un artículo propio.  

Aquí lo que queremos señalar es que nosotros intentaremos evitar al máximo aquellas situaciones en las que nos veamos tentados a cursar pedidos de manera especial.  Si no hay, no hay.  Nuestra misión es buscar la tabaquería que esté dispuesta a tener existencias de esas marcas o vitolas o formatos de presentación.  Cuando estén expuestas al público, las compraremos.