Palmero, sube a la palma

En Canarias le llamamos "palmero" al obrero que se sube a las palmas para hacer los arreglos correspondientes, recoger las támbaras o extraer el guarapo.  Es un oficio especializado, que podría considerarse hoy en día un subconjunto de los jardineros en la primera de esas prácticas.  Pero históricamente, debido a la peculiaridad y peligrosidad del oficio, los palmeros no tenían por qué ser jardineros.

 

Eso era antiguamente.  Hace bastantes décadas se podían ver en acción esa gente subiéndose a las palmeras con tan solo una especie de soga que rodeaba el tallo y su cuerpo.  Pero eso fue desapareciendo, incluso antes de que se extendiera todo aquello de la prevención de riesgos en el trabajo.  La palabra "palmero" fue quedando como un mito, algo que se veía cada vez menos y fue desapareciendo junto con los barrenderos que barrían las calles con grandes pencas de palma.

 

Casi que la expresión quedó más como una muestra folclórica a través de nuestra célebre canción que da título a esta entrada.  A mediados de los 90 ya apenas quedaban palmeros en Gran Canaria, con lo que hubo que llamarlos de entre los que había en otras islas.  Posteriormente se extendió la práctica de cursos de formación laboral para gente en paro, entre los que se encuentran los de palmeros, pues ahora hay palmeras en todas partes.  Aún así, la expresión "palmero" referida al oficio obrero ha quedado relegada a un remoto segundo plano en el habla popular de Canarias.


Entonces, ¿a qué le llamamos "palmero"?  Se lo llamamos a todo lo que tenga que ver con la isla de La Palma.  Y punto.  El resto de acepciones del diccionario no son de empleo en estas islas.  Dar palmas con las manos en un baile, las damos.  Pero en Canarias no se les llama "palmeros" a los que tocan música con las palmas de sus manos.  Y así sucesivamente.


De ese modo, si nos encontramos con un cigarro puro que diga "Palmero" en su etiquetado, inmediatamente pensamos que su procedencia es La Palma.  Esa es su única explicación, pues de todos es conocido que esa isla es una de las tres en donde se sigue con la práctica de la fabricación de puros de manera cotidiana (siendo las otras Gran Canaria y Tenerife).  Llegó a haber fábrica de puros en todas las islas, menos Fuerteventura (hasta donde hemos alcanzado).  Pero ahora son Gran Canaria, Tenerife y La Palma.  ¿Por qué hay fábricas y distribuidores de Tenerife y de Gran Canaria que le agregan eso de "palmero" a algunos de sus productos?  Ellos alegan torticeramente que la palabra "palmero" no significa necesariamente una alusión geográfica.  ¿A qué están jugando?  

 

Si en Canarias la isla de La Palma no se llamara así, sino que se llamara, por ejemplo, "Umbrosa" ¿habría puros tinerfeños con la leyenda "palmero"?  No.  Le pondrían "umbrosos".

 

Si los habitantes de La Palma no se llamaran "palmeros" sino, por ejemplo, "silverios", ¿habría puros grancanarios con la leyenda "palmeros"?  No.  Le pondrían "silverios".

 

Hay una clara intencionalidad de distorsión y engaño en esos fabricantes y distribuidores para confundir a los consumidores.  De hecho, hasta donde alcanza actualmente nuestra investigación, sabemos que en su día recibieron severas sanciones administrativas por ese tema, aunque aún no sabemos cómo terminó el asunto.  Pero lo cierto es que esa sucia práctica continúa.


Hemos venido ponderando el asunto en estos meses.  Ya hacíamos un toque de atención en las fichas de algunas vitolas.  Pero ahora hemos decidido obligarnos a adoptar una posición. En el sistema de catalogado continuaremos con una primera adquisición de productos que aún no estén fichados.  Pero si contienen leyendas que incluyan la palabra "palmero", insinuando o queriendo despistar acerca de su origen, y resulta que no están elaborados en La Palma, de manera inmediata los catalogaremos como "estafa" y dejaremos de tenerlos en cuenta para posibles adquisiciones ulteriores.  Eso incluye:  la inclusión del término "palmero" al lado e inconexo del resto del etiquetado.  La presentación de gamas donde "palmero" sea el nombre de una supuesta vitola o tipo de cigarro inexistentes (en este caso incluiría también a los productos de esa isla), sin quedar claras sus características específicas.  También la existencia de marcas (registradas o no) de cigarros fabricados fuera de La Palma y que incluyan la palabra "palmero" o sus variantes.  Las empresas abonadas a ese tipo de malas prácticas disminuirán un punto en nuestra valoración de ellas, de manera general, incluso para el resto de gamas de productos.


Si los fabricantes canarios quieren crear una vitola específica llamada "palmera" o "palma", referida a la planta y no a la isla, tendrían que ser bastante más imaginativos y consistentes.  Realmente la planta, por sus morfologías, daría para una gama.