No conocemos tabaquerías en Canarias dedicadas a la burguesía en exclusiva o preferentemente. Al menos nosotros no hemos oído de ninguna. Todas ellas dependen del proletariado, que es la clase social que le compra diariamente la masa fundamental de sus ingresos.
La mayoría, además, no son tabaquerías puras, aunque ese sea su rótulo en la calle o su nombre comercial. Casi todas amplían su oferta con artículos variados de bazar, golosinas, refrescos, papelería, prensa, servicios de impresión, o cualesquier otras cosas.
Hay unas pocas de ellas que quizá no dependan tanto del proletariado, porque están ubicadas en territorios de alto tránsito turístico, con ingentes cantidades de personas que salen de sus cruceros por unas horas, o en zonas puramente hoteleras. Pero esas tabaquerías suelen ser también "licorerías". Es decir venden tabaco y un gran surtido de botellas de destilados de todo tipo. Aún así, que nosotros sepamos, ninguna de ellas desprecia a los proletarios locales.
Por ejemplo, en Canarias se podría montar una franquicia de "La Casa del Habano". Esa sería una tabaquería para la burguesía, porque sus precios serían prohibitivos para los obreros. Sin embargo, ¿qué empresario se atrevería a ello, a pesar del buen paladar y experiencia y tradición existentes entre los fumadores canarios de puros? No se mantendría. No hay suficiente mercado para una tienda así. Para ello ya hay varias tabaquerías que venden un surtido -aunque tendiendo a lo escaso- de Habanos. Diz que dicen que alguien lo intentó en pleno corazón del barrio de la burguesía mercantil de Las Palmas, zona céntrica y comercial donde las haya, y que duró pocos meses. La empresa que tiene la distribución en exclusiva de Habanos en Canarias, que ahora se llama Cuba Cigar, haría bien en considerar promociones especiales para obreros y empleados populares. Quizá en Dubai no les haga falta a los distribuidores hacer cosas así. Pero esto no es Dubai, es Canarias.
En las tabaquerías se encuentran con cierta frecuencia agentes comerciales que hacen promoción de algunas marcas de cigarrillos, casi siempre de marcas internacionales. Sin embargo, las tabaquerías en sí no asumen iniciativas de ese tipo. Son muy pocas las tabaquerías donde se pueda mantener una conversación con información de calado sobre los puros que venden. No pueden, porque no saben del tema, porque no tienen tiempo despachando golosinas, porque no se preocupan de la amplia oferta de marcas del país, porque no saben orientar la oferta para hacer inclinar la demanda... Eso nos persuade de considerar también la conveniencia de un ranking de tabaquerías.